Las alergias alimentarias

Hoy vamos a hablaros de alergias, dermatitis y picores, ¿os resultan familiares?.
En una entrada anterior habíamos tratado el posible origen del picor en nuestras mascotas. Decíamos que con frecuencia la causa de las dermatitis era una alergia y dentro de las alergias nos encontramos con unas que tienen su origen en los alimentos. Es decir, cuando vuestro perro o gato come algo que le produce alergia, se empieza a rascar y aparecen las lesiones en la piel. 
Y llegados a este punto, alguno de vosotros me dirá: ¡Pero si mi perro siempre ha comido lo mismo y nunca se ha rascado!. Y de hecho, así es. Uno no nace alérgico, si no que la alergia se desarrolla con el tiempo y aquellos alimentos que no suponían ningún problema acaban provocando picor.
La alergia alimentaria puede desarrollarse a cualquier edad, aunque es frecuente en animales jóvenes, incluso menores de un año. Se estima que aproximadamente un 10% de los perros la padecen y parece haber predisposición racial: Cocker spaniel americano, Boxer, Shar pei, Pastor alemán, Golden retriever, Lhasa apso, Schnauzer miniatura, Carlino, West highland white terrier y alguna más. También la padecen los gatos.
Cualquier ingrediente de la comida puede provocar la alergia, pero sobre todo son las proteínas las que están involucradas. Pollo, huevos, pescado, carne de cerdo, de vacuno, cordero, lácteos, trigo, maíz, soja, todos ellos son susceptibles de provocar picores.

Los animales alérgicos al alimento manifiestan picor no estacional. Es decir, más o menos constante a lo largo del año ya que un alimento puede hacer que vuestra mascota se rasque durante muchos días tras haberlo comido. El picor tiene un patrón de distribución bastante característico y similar al de la dermatitis atópica (ver entrada) de la cual debe distinguirse y a la cual suele asociarse. Afecta sobre todo a la zona de la cara, oídos (el 25% de los perros que tienen alergia alimentaria presentan otitis como único síntoma), manos, axilas, abdomen ventral, ingles y periné. Puede llegar a ser muy intenso y el animal puede autolesionarse. En muchas ocasiones, el cuadro se complica con la proliferación de gérmenes en la piel que a su vez producen más picor. Además, puede asociarse a signos digestivos como vómitos, diarreas, heces blandas, flatulencias o aumento en la frecuencia de las deposiciones.

Hoy en día, no existe ningún análisis fiable para diagnosticar una alergia alimentaria. Ni tests de intradermorreacción (como los que le hacen a las personas alérgicas pinchándoles una pequeña cantidad de líquido bajo la piel), ni pruebas de alergia en sangre. La prueba de diagnóstico que se utiliza es la llamada dieta de eliminación. Se trata de una dieta especial que puede ser comercial (los llamados alimentos hipoalergénicos) o una dieta casera elaborada con una proteína y con una fuente de hidratos de carbono que vuestra mascota no haya comido nunca o casi nunca (con lo cual será extremadamente raro que tenga alergia). Y esta dieta, sea casera o comercial, deberá ser el alimento exclusivo del animal durante un mínimo de ocho semanas. Durante todo ese tiempo no podrá comer nada más, ni golosinas, ni premios, ni medicamentos con saborizantes, ni suplementos vitamínico-minerales. Si al cabo de ese tiempo el animal deja de rascarse, se le vuelve a dar su alimentación habitual y si vuelve a rascarse, entonces se confirma del diagnóstico de alergia alimentaria. Llegados a este punto se podría seguir alimentando con la dieta hipoalergénica, con una dieta con proteína controlada o ir añadiendo a la dieta de eliminación ingredientes de forma individual para averiguar cuál de ellos desencadena el picor.

¿Qué es una dieta de proteína controlada?. Pues se trata de un alimento comercial en el cual la proteína  es única como, por ejemplo, pato, en lugar de tratarse de una mezcla de proteínas de diferentes orígenes que es lo habitual en los alimentos preparados. Y, ojo, porque no todos los piensos que se publicitan como indicados para alergias o dermatitis son hipoalergénicos o con proteína única. Buscad siempre el asesoramiento de vuestro veterinario.
Un saludo.
Centro Veterinario Travesía

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