Historias #4 Prisionera de guerra 81A: Judy.



Queridos seguidores, hoy vamos a contaros otra historia curiosa sobre animales. Esta vez nos trasladaremos en el tiempo a la II Guerra Mundial, en la década de los 40.
Unos soldados de la Royal Navy inglesa recogieron a una pequeña perra, de raza Pointer, en las calles de Shangai. La adoptaron como mascota y la llevaron a bordo de uno de sus barcos de guerra. Hablamos de la perra Judy.
Judy sirvió como mascota en  el cañonero HMS Grasshopper, pero en 1942 lo torpedearon. Algo más de 50 hombres y Judy consiguieron llegar a nado a una pequeña isla desierta cercana, la isla Sinkep. Pero esa isla no era para nada el paraíso tropical que acostumbramos a ver en las películas. Apenas había comida y, sobre todo, no había agua. O eso parecía, porque Judy logró encontrar un manantial de agua dulce salvando así la vida de todos los soldados. Días mas tarde se hicieron con un barco chino y abandonaron la isla.
Ya en tierra firme tuvieron la mala fortuna de ser capturados por los japoneses. Como no querían abandonar a Judy la ocultaron entre sacos de arroz, donde pasó cinco días de viaje sin hacer un solo ruido.
En el campo de prisioneros de Medan, en plena selva, la perra fue adoptada por el aviador Frank Williams quien la cuidaría a partir de ese momento. Judy volvió a salvar la vida de muchos soldados, esta vez alertándolos de la presencia de serpientes venenosas, escorpiones, cocodrilos, o incluso de los mismos guardias. Guardias a los cuales odiaba y que distrajo en ocasiones para evitar palizas a los prisioneros, recibiendo los golpes ella misma.
Pero Frank Williams temía por la vida de Judy. Ser un perro no era ninguna garantía para sobrevivir en un campo de prisioneros japonés. Se propuso conseguir que la aceptaran oficialmente como un prisionero más. Así pues, una noche de borrachera de los guardianes, con lo poco que los soldados pudieron reunir para sobornarlos, consiguieron que uno de los oficiales incluyera a Judy como prisionera de guerra oficial. Prisionera de guerra 81A: Judy

En junio de 1944 llegó la orden de trasladar a los reclusos a Singapur. Pero durante la travesía, el barco que los transportaba sufrió una ataque y Frank decidió lanzar a Judy al agua para salvarla de los proyectiles.  Desgraciadamente, el barco se hundió y murieron muchos soldados. Los supervivientes volvieron a ser capturados y llevados a otro campo de prisioneros. Frank Williams era uno de ellos, pero Judy no.
A medida que los soldados rescatados llegaban al campamento se iban reuniendo noticias sobre Judy. Los prisioneros contaban cómo la perra les había acercado trozos de madera para que pudieran mantenerse a flote salvando sus vidas. Pero pasaron los días y Judy no aparecía. Hasta que un día, mientras Frank trabajaba en la jungla, de la espesura surgió un perro que se lanzó a sus brazos. Una cansada Judy volvió con su dueño. Sin embargo, tras el tiempo durante el cual tuvo que sobrevivir sola, su carácter cambió y se volvió más agresiva. Empezó a cazar serpientes y monos para comer, se enfrentó a un tigre y fue mordida por un cocodrilo. Su último hallazgo fue un hueso de elefante el cual logró enterrar tras dos horas de intenso trabajo.

Finalmente, al terminar la guerra, los soldados fueron liberados y trasladados a casa, pero el barco encargado de su traslado no aceptaba animales. Una vez más Judy tuvo que viajar de polizón, escondida en la cocina, con la complicidad del cocinero, que la ocultó hasta llegar a puerto.
Después de seis meses de cuarentena Judy recibió un homenaje como heroína de guerra donde fue condecorada con la Medalla PDSA Dickin, el equivalente de la Cruz de la Victoria para los animales. Vivió con Frank hasta que a consecuencia de un tumor no tuvieron más remedio que eutanasiarla. Murió en 1950, cuando tenía trece años, en África, a donde se había trasladado con Frank dos años antes. Sobre su tumba Frank erigió un monumento a su memoria, primera perra prisionera de guerra y heroína británica, Judy.
Centro Veterinario Travesía



Biografía oficial :

Entradas populares