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¡Pobre cachorrito! ¿Se tratará de una sarna? |
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Precioso ejemplar de Demodex spp. |
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¡Mamá, en el cole me llaman tiñosa! |
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Pelos destrozados por la acción del hongo |

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¡Pobre cachorrito! ¿Se tratará de una sarna? |
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Precioso ejemplar de Demodex spp. |
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¡Mamá, en el cole me llaman tiñosa! |
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Pelos destrozados por la acción del hongo |
Una de las situaciones en las que Leo reaccionaba de forma agresiva era cuando lo acariciaban. Se trata de un problema relativamente frecuente en los gatos. Generalmente, el gato demanda caricias, se sube al regazo del dueño para que lo acaricie y, al cabo de un rato, le muerde o le da un zarpazo.
Los especialistas en comportamiento animal (etólogos) creen que se trata de un tipo de agresividad asertiva, por dominancia, de tal forma que el gato, como animal dominante, quiere controlar tanto el momento en el cual se le empiecen a hacer las caricias como el momento en el que el dueño debe dejar de dárselas.
En la mayoría de los casos, antes del zarpazo o del mordisco, el animal “avisa” que se está terminando su paciencia: puede notarse tenso, encorvado, con las orejas aplastadas, las pupilas dilatadas, la cola dando sacudidas, bufando... Es muy importante, de cara al tratamiento del problema, ser capaz de reconocer estos signos.
Y hablando de tratamiento, ¿qué se puede hacer para corregir esta conducta inadecuada?
Lo primero, intentar evitar todas aquellas situaciones en las que el gato se muestre agresivo.
Si vuestro gato es de aquellos que se suben a vuestro regazo y ni siquiera admiten una sola caricia, actuad de la siguiente manera.
Observadlo con cuidado, sin mostrar miedo ni nerviosismo y, al menor signo de “cabreo” por su parte, levantaos para que el gato caiga y así conseguir echarlo de vuestro regazo. No lo empujéis ni lo alcéis con la mano, podría interpretarlo como un desafío y enfadarse más.
Más tarde, cuando el gato esté relajado, podéis hablarle con suavidad y darle un premio.
Recordad que de esta forma estáis reforzando las conductas adecuadas e ignorando las conductas inadecuadas, lo que llevará a que desaparezcan.
Y, ¿qué podéis utilizar de premio?. Lo más cómodo y efectivo al principio de la terapia son los premios de comida. Utilizad algo que a vuestro gato le guste mucho. En trozos pequeños, para que no se aburra y controlando la cantidad de comida de su dieta habitual para que tenga un poquito de hambre y sea más fácil educarlo. (Ya sabéis, a todos se nos gana con la comida).
Si vuestro gato admite algunas caricias antes de enfadarse, entonces, cuando se suba a vuestro regazo, si está relajado, hacedle una o dos caricias, no más (podría molestarse y acabaríais mal). Después levantaos para dejar que se baje.
A medida que se vaya acostumbrando, podéis intentar ir alargando estas “sesiones de caricias” de forma gradual premiando con golosinas su actitud relajada. Siempre poco a poco, para evitar que llegue a cansarse.
En algunos casos se requiere de terapia ansiolítica (pastillas, feromonas) para conseguir mejorías, siempre acompañando a estas pautas de reeducación. Por supuesto, debe ser vuestro veterinario de cabecera o el especialista en etología el que prescriba dicha medicación.
Una última cuestión: NO UTILICÉIS EL CASTIGO FÍSICO. En este tipo de problemas no funciona. El gato puede interpretarlo como un desafío y aumentar su respuesta agresiva o mostrarse más ansioso, lo que también puede agravar los ataques.
Y, como siempre, incidir en que el mejor tratamiento es la prevención. Los gatitos, desde edades tempranas, deben ser socializados y habituados al acicalamiento y el manejo por parte de sus propietarios (¡con lo bien que sienta un masajito!).
Así que no desesperéis.
Un saludo
Aquí estoy de nuevo para terminar la trilogía de las intoxicaciones. Ya sé que es un poco rollo contaros la de cosas que hay que pueden intoxicarnos, ¡parece que no vamos a poder andar por casa ni por la calle!. Pero como en las otras veces, tan sólo pretendo preveniros por lo que pueda pasar.
Este tercer y último capítulo tratará de los tóxicos domésticos. Solo nombraré algunos porque hay tantos que tendría para rato. He escogido los más habituales, los que podemos tener en casa con más frecuencia.
¡¡¡ Siiiiiii!!! ¡¡¡Por fín llega el verano!!! Empezamos a ir al monte, a la playa, de acampada, churrasquitos al aire libre... muy guay y yo me lo paso en grande, pero no todo es jauja, ¡llegan los mosquitos y demás insectos! ¡Y cuidadito con los repelentes de estos bichejos!. Parecen inofensivos pero pueden hacérnoslo pasar muy mal incluso sin llegar a tragarlos. ¡La exposición dérmica en altas dosis puede hacernos mucho daño! Si la exposición es pequeña o se ingieren en pequeñas cantidades, pueden provocar temblores, hipersalivación e incluso convulsiones. Claro... con razón se largan los bichos, ¡ellos sí que saben!
Con los herbicidas e insecticidas podría hacer una lista larguísima de nombres raros de los que no os ibais a acordar, así que lo resumiré en que ninguno de ellos puede hacernos nada bueno.
Y si seguimos hablando de animalitos habrá que mencionar los típicos venenos que se usan sobre todo en el campo y en las huertas, para las ratas, topos, caracoles, babosas, etc. (brometalina, metaldehído...) como su propio nombre indica son veneno puro para nosotros.
El aceite del Árbol del té está muy de moda para los productos cosméticos. Tiene propiedades muy beneficiosas, pero su ingestión no lo es tanto. También se utiliza en algunos herbicidas y productos antiparasitarios.
Los champús, el jabón de manos y las pastillas de jabón, no son muy tóxicos pero su ingestión puede provocar síntomas gastrointestinales que aunque no suelen trascender pueden ser muy molestos y requerir tratamiento veterinario.
En cambio, si se trata de un champú que contenga zinc, como algunos anticaspa, es otro cantar... su toxicidad es bastante mayor y con mala suerte, su ingestión puede provocarnos hasta ceguera.
Algunos desodorantes tienen peligro. Son aquellos que contienen cloruro de aluminio y clorhidrato de aluminio. Su potencial tóxico es moderado, aunque su ingesta puede causarnos problemas renales, lo que no es moco de pavo.
A los que tuvisteis acné juvenil seguro que os suena el peróxido de benzoilo, sustancia incluida en cremas para tratar los granitos. Sí, para vuestra cara va muy bien, pero para nuestro estómago... no tanto.
Supongo que ya os imagináis que los productos de limpieza pueden ser fatales: amoníaco, lejía, limpiacristales, detergentes, aguarrás, disolventes, etc. No es sólo el hecho de tragarlos, pues al ser productos bastante abrasivos dañan el sistema digestivo, sino que contienen productos volátiles que afectan al sistema respiratorio. Es decir, aunque de entrada vayan a parar al estómago, los vapores que desprenden causan daños respiratorios graves y difíciles de tratar.
Llegó la hora de hablar de medicamentos. Muchos perritos tenemos dueños asmáticos, y no me explico cómo una medicina puede tener una presentación tan apetitosa para nuestra boca.... Guardadlos bien porque a veces los inhaladores nos parecen juguetes, los mordisqueamos y acaban rotos y con su contenido derramado.
Otros medicamentos muy comunes en todas las casas son los antiinflamatorios no esteroideos, no diré nombres comerciales, pero seguro que os suena el ibuprofeno, ketoprofeno, naproxeno, diclofenaco y similares. Guardadlo en sitios altos, y cuidado, que como tendéis a automedicaros (muy mal, ¡muy mal!) a veces los lleváis en el bolso y somos muy curiosos para meter la cabecita.
Muy típicos de tener en casa son la aspirina, la fenilefrina y seudoefedrina (descongestivo sin receta), la loperamida (antidiarreico), el paracetamol, la codeína (antitusígeno), los antihistamínicos (alergia y mareo).... En algunos casos son prescritos por el veterinario con dosis ajustadas para nosotros, lo que no quiere decir que si nos zampamos unas cuantas pastillas no pase nada.
Mencionaré aparte los antidepresivos y los ansiolíticos, que aunque también se nos pueden recetar a nosotros, su ingestión masiva es bastante peligrosa y debe ser tratada lo más rápidamente posible.
En cuanto a cosas habituales que hay por casa y con las que tener precaución pueden ser las pilas, la cafeína (el café en grano, y los refrescos de cola, que son muy apetitosos), las cerillas (muy fáciles de coger para jugar un ratito y mordisquear), el etilenglicol (anticongelante de coches, de sabor dulc), el naftaleno (bolitas de naftalina para la humedad), la nicotina (cigarrillos y chicles), el pegamento de barra y el superglue (muy importante no bañarnos ni echar disolvente o similar para intentar quitarlo), reveladores fotográficos, plomo (en pinturas y accesorios de pesca), y las sustancias presentes en alimentos enmohecidos (¡nosotros ya no queremos comer las sobras y menos si son de hace una semana!), el betún de los zapatos, la trementina ( los pintores artísticos saben de qué hablo) y alguna cosilla más que se me escapa.
Como ya he dicho en los otros capítulos los síntomas de intoxicación son muy variados: alteraciones de la piel, vómitos, diarrea, temblores, convulsiones, anorexia, hipersalivación, arritmias, taquicardias, dificultad para respirar, fiebre, hipotermia... en fin... nada bueno.
Ante cualquier duda consultad al veterinario, recordad también que los síntomas pueden aparecer al instante, pasadas unas horas e incluso unos días y que algunos, tristemente, si no se cogen a tiempo, ya no tienen remedio.
Y llegó a su fin el tema de las intoxicaciones, un poco rollo patatero, pero el saber no ocupa lugar y ¡nunca te acostarás sin saber una cosa más!
Un saludo
Trasto
Aucuna (Aucuba japonica) |
Caladio (Caladiumñ bicolor) |
Cica (Cycas revoluta) |
Crisantemo (Chrysanthemus cynerariaefolium) |
Difenbaquia (Diffenbachia exotica) |
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Adelfa (Nerium oleander) |
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Filodendro (Philodendron sp.) |
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Hiedra (Hedera helix) |
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Monstera (Monstera adansoni) |
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Lirio (Lilium spp.) Extremadamente tóxico en gatos |
Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) |
Jacinto (Hyacynthus sp.) |
Lantana (Lantana camara) |
Narciso (Narcissus spp.) |
Poto (Epipremmum aureus) |
Prímula (Primula spp.) |
Rododendro (Rhododendron macrophyllum) |
Cotiledón (Cotiledon orbiculata) |
Acebo (Ilex aquifolium) |