Creencias erróneas (II): el primer baño
Ahora que estoy medio a oscuras, porque se ha estropeado una fase de la luz y nos funcionan los enchufes pero no los tubos fluorescentes, y ya me encuentro algo mejor de lo de la próstata (ya os mantendré informados, pero ahora resulta que por culpa de la infección se me han estropeado los riñones) os hablaré de una pregunta habitual de los nuevos propietarios de cachorros o gatitos: "¿Puedo bañar a mi cachorrito?. Es que me han dicho que hasta que tenga todas las vacunas no puedo bañarlo."
Pues mentira. ¡Claro que pueden bañarse!. Otra cuestión muy diferente será que les guste. Si lleváis a casa un cachorro o gatito con mes y medio o dos meses ya podéis darle un baño si le hace falta. El hecho de bañarlo no lo va a hacer más susceptible a contagiarse de enfermedades como el moquillo o el parvovirus. Sí se pueden bañar. Con agua tibia, champú específico para perros o gatos (tenemos un ph de la piel distinto al de los humanos) y secándolos bien para evitar que se enfríen. Eso es lo que es malo. Que se enfríen y se acatarren. Pero por darles un baño no tiene por qué ocurrir todo eso. Igual que los bebés humanos. Se bañan cuando son recién nacidos y nadie espera a que tengan todas las vacunas para darles el primer chapuzón.
Y es más. Como ya os conté en una entrada anterior sobre la socialización del cachorro, es conveniente acostumbrarlos al baño y a la higiene corporal desde pequeñitos, para que después no tengáis que pelearos con ellos cada vez que queráis dejarlos limpitos.
Y ahora viene la siguiente pregunta: ¿Y con qué frecuencia lo puedo bañar?. Probablemente, a alguno de vosotros le sorprenda mi respuesta: siempre que se quiera. Ya, ya. Sé que mi propio dueño os decía que los perros no deberían bañarse más de una vez al mes. Sí, sí. Que no sé qué de una capa cutánea protectora que se va con el baño y después vienen los problemas de piel. Pues tampoco es verdad. Esa capa protectora, que en realidad se llama film hidrolipídico (toma palabreja otra vez) y está constituida básicamente por la secreción de las glándulas sebáceas, se restablece a las 24 horas del baño. Y el baño actúa como limpiador, calmante, refrescante e hidratante. Sabed que en terapia dermatológica se utilizan baños frecuentes con champús terapéuticos que mejoran las condiciones de la piel y del susodicho film.
Así que no hay disculpa para tomar un buen baño.
Pues mentira. ¡Claro que pueden bañarse!. Otra cuestión muy diferente será que les guste. Si lleváis a casa un cachorro o gatito con mes y medio o dos meses ya podéis darle un baño si le hace falta. El hecho de bañarlo no lo va a hacer más susceptible a contagiarse de enfermedades como el moquillo o el parvovirus. Sí se pueden bañar. Con agua tibia, champú específico para perros o gatos (tenemos un ph de la piel distinto al de los humanos) y secándolos bien para evitar que se enfríen. Eso es lo que es malo. Que se enfríen y se acatarren. Pero por darles un baño no tiene por qué ocurrir todo eso. Igual que los bebés humanos. Se bañan cuando son recién nacidos y nadie espera a que tengan todas las vacunas para darles el primer chapuzón.
Y es más. Como ya os conté en una entrada anterior sobre la socialización del cachorro, es conveniente acostumbrarlos al baño y a la higiene corporal desde pequeñitos, para que después no tengáis que pelearos con ellos cada vez que queráis dejarlos limpitos.
Y ahora viene la siguiente pregunta: ¿Y con qué frecuencia lo puedo bañar?. Probablemente, a alguno de vosotros le sorprenda mi respuesta: siempre que se quiera. Ya, ya. Sé que mi propio dueño os decía que los perros no deberían bañarse más de una vez al mes. Sí, sí. Que no sé qué de una capa cutánea protectora que se va con el baño y después vienen los problemas de piel. Pues tampoco es verdad. Esa capa protectora, que en realidad se llama film hidrolipídico (toma palabreja otra vez) y está constituida básicamente por la secreción de las glándulas sebáceas, se restablece a las 24 horas del baño. Y el baño actúa como limpiador, calmante, refrescante e hidratante. Sabed que en terapia dermatológica se utilizan baños frecuentes con champús terapéuticos que mejoran las condiciones de la piel y del susodicho film.
Así que no hay disculpa para tomar un buen baño.