Mi gato se aburre
Acompañando a los seres humanos, nuestros animales domésticos han ido abandonando gradualmente las sociedades rurales y se han urbanizado. De tal forma que una especie como el gato, eminentemente cazador territorial y solitario, "disfruta" ahora de las comodidades de la vida moderna. Vive en espacios reducidos, libre de depredadores, no necesita cazar para alimentarse y, a veces a su pesar, se ve obligado a compartir vivienda con otros gatos o animales de otras especies. En dicho ambiente no puede desarrollar sus conductas naturales, lo que en muchas ocasiones lleva a la aparición de trastornos físicos y psicológicos.
A través del enriquecimiento ambiental lograremos que nuestra mascota se encuentre más a gusto y desarrolle una actividad más adecuada a su naturaleza felina.
En cuanto a la comida, los gatos comen entre diez y veinte comidas diarias, por lo que deben tener libre acceso a ella, siempre controlando la cantidad para evitar el sobrepeso. Puede repartirse parte de la ración diaria en escondrijos o en juguetes interactivos que dispensen la comida fomentando la actividad del gato. Podéis hacerlos vosotros mismos con una caja de zapatos con agujeros o hueveras de donde tengan que "pescar" la comida. Así se evita que coman por aburrimiento. Haciendo que conseguir la comida sea algo complicado, la convertimos en algo más parecido a una presa y mejoramos el estado físico y mental del gato. Si hay varios gatos en casa, también debería haber varios comederos, separados entre sí, al menos, un metro.
También el agua debe estar a su libre disposición, a ser posible algo alejada de la comida. Los gatos son animales adaptados a sobrevivir con poca agua pero esto, junto con una vida sedentaria, puede favorecer la aparición de enfermedades de las vías urinarias. Por ello es interesante estimularlos a beber más. Esto puede conseguirse utilizando fuentes de agua que mantengan el agua fluyendo, colocando varios bebederos en distintos lugares de la casa y cambiando el agua varias veces al día.
Y, por último, el juego. Debemos acostumbrar al gato a jugar e interactuar con las personas desde pequeño. De todas formas, nunca deberemos forzar el contacto ni manipularlo excesivamente si no es de su agrado. Así que según sus preferencias podrá jugar sólo o con sus dueños. A veces, algo tan simple como permitirle acceso a una ventana desde la que pueda ver el exterior o entretenerse con un programa de televisión donde aparezcan animales, puede ser suficiente para distraerlo, pero no sustituyen a unas buenas carreras por la casa. A partir del año de edad se vuelven más sedentarios y conviene fomentar el juego. Existen multitud de juguetes: colgantes para utilizar como una caña de pescar, rodables, con movimiento. Cada uno de ellos facilitará la expresión de un tipo de conducta: perseguir a la presa, acecharla, cazar, saltar... Es preferible renovarlos con cierta frecuencia y no dárselos todos de una vez. Si hay varios gatos en casa, debería haber suficientes juguetes para cada uno para evitar conflictos entre ellos. También pueden impregnarse con hierba gatera para que le resulten más interesantes. Se pueden sumergir juguetes en un caldero de agua para que el gato los pesque. Para haceros una idea, es bueno hacer que corran unos 300 a 500 metros cada día. También les gusta explorar zonas oscuras como cajas, armarios, pasadizos... Podemos hacer feliz a un gato por unas horas con una simple caja de cartón donde pueda esconderse.

